Trescientos Sesenta Y Cinco CUENTOS INFANTILES ® Cuentos Cortos Para Niños 【2017】

Allikas: Lohewiki

La Corporación Casa Creativa tiene el gusto de presentar en esta tercera edición del libro Cuentos Cortos para Esperas Largas, las obras de los ganadores del Concurso Cuento Corto que realizamos entre el mes de agosto y septiembre del año 2015 en el marco del segundo Festival de Literatura de Pereira. Los críticos consideran que múltiples de los cuentos populares, rescatados de la tradición oral por los hermanos Grimm y Converses Perrault, al menos en sus versiones originales, han de ser leídos solo por los adultos, aun a sabiendas de que los pequeños, como todos los humanos, no están al margen de los actos de violencia y las crueldades", que a diario experimentan por medio de las pantallas de la televisión en la vida rutinaria.

En su obra Psicoanálisis de los cuentos de hadas" (indudablemente la más importante de su producción), Bettelheim aborda, el estudio de los cuentos infantiles de hadas así como su repercusión y influencia en la educación y desarrollo intelectual de los niños, invitando a redescubrir en estos relatos una fuente no sólo estética sino también de apoyo sensible —e incluso moral— para la infancia.

La presencia de las literaturas africanas, orales escritas, en las librerías españolas suele ser escasa, por no decir inexistente; no ocurre lo mismo en países vecinos como Francia Portugal, donde la presencia cultural africana es parte de sus idiosincrasias históricas y culturales, incluso, de sus características como naciones modernas y multiétnicas; en cambio España, a pesar de que asimismo fue afortunada con un pedazo, en verdad un pedazo, del territorio africano que se repartieron durante el siglo XIX las potencias occidentales, nunca ha mostrado gran interés cultural por el próximo continente africano.

De ahí ese título, Cuentos para dormir mejor; de ahí que sean 26 apólogos, lecciones frescas y sobre todo congruentes con la propuesta que encierran; por eso no sea una tesis sino un empeño ético el que los motiva; que ofrezcan historias protagonizadas por personajes puestos en situaciones imposibles, fabulosas ciertas, inusuales otras, mas todas rendidas a un código de valores que justifica que lo inconcebible no esté reñido con lo posible.

Con el trascurso del tiempo, los cuentos populares sufrieron una serie de mutilaciones tanto en la forma como en el contenido, y muchas de las adaptaciones, lejos de prosperar el valor ético y estético del cuento, tuvieron la pretensión de moralizar y censurar las partes crueles", arguyendo que la violencia era un hecho extraño a la realidad del pequeño y algo impropio en la literatura infantil.

El cultivo del olivo está de forma tradicional arraigado en el territorio delimitado y hay diferentes costumbres, trasmitidas de generación en generación, que vinculan algunos momentos del cultivo del olivo, desde los cuidados de los cultivos hasta el instante de la recogida de las aceitunas, la extracción y la conservación del aceite, a las poblaciones con cuentos populares, usos, dichos y recetas de cocina.

La primera fase escrita probablemente se comenzó cuando los egipcios realizaron el llamado Libro de lo mágico trece ​ Textos de las Pirámides (cerca 3050 a. C. ) y el llamado Libro de los Muertos (hacia el 1550 a. C.). De allí pasamos a las Sagradas Escrituras —donde por poner un ejemplo se recoge la historia de Caín y Abel (circa dos mil a. C.)— la que tiene una tradicional estructura de cuento.

Aun hoy, cuando probablemente ningún pequeño de España ignora quién es Blancanieves Cenicienta; nuestros narradores de cuentos infantiles de la prehistoria prosiguen llamando a esas heroínas como siempre y en todo momento se han llamado en España (Mariquita, María y Estrellita de Oro Puerquecilla, respectivamente), sencillamente «la niña»; de exactamente la misma manera que mantienen el hecho de que no es la madrastra de «Blancanieves» la que tiene envidia de ella y trata de quitarla, sino más bien su madre.

En el orden de las pruebas inmediatas, debemos rememorar cómo la religión cristiana, del mismo modo que en todos los países, sólo ha cambiado cosas muy superficiales en el cuento popular y, lógicamente, no ha podido contra la esencia de lo maravilloso, que es el objeto mágico, como símbolo -digámoslo ya- de apertura incondicional a lo desconocido, de total negación de las doctrinas y, en suma, de aseveración del planeta exactamente por el contraste con lo que no pertenece a él.